El nuevo movimiento global de las mujeres / The New Global Women's Movement: Construir circulos para transformar el mundo - Brossura

Shinoda Bolen, Jean

Brossura

ISBN 10: 8499883370 ISBN 13: 9788499883373

Casa editrice: Karios Editorial Sa, 2015

Riassunto

Este breve y profundo libro trata de la militancia de corazón y de los círculos de mujeres con un centro sagrado. El metafórico “millonésimo círculo” es el punto de inflexión hacia una era post-patriarcal basada en la premisa de que cuando un número crítico de personas cambia su percepción y su conducta, puede empezar una nueva era. Jean Shinoda Bolen inspira a mujeres y a individuos de toda condición a seguir su camino con alma, a asumir un compromiso personal que contribuya al cambio. Basada en su propio trabajo en la ONU, sus encuentros con Su Santidad el Dalái Lama, las enseñanzas de Don Juan o sus vivencias con mujeres de todos los senderos vitales del mundo, este libro es psicológico, poético, práctico y político a la vez.

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L'autore:

Jean ShinodaBolen es doctora en medicina, analista junguiana, psiquiatra, escritora y militante feminista. Es una conferenciante conocida internacionalmente y autora de doce libros de gran calado traducidos a más de ochenta lenguas. www.jeanbolen.com

Primo capitolo. © Riproduzione autorizzata. Diritti riservati.:

Premisa Considero El nuevo movimiento global de las mujeres como una secuela de El millonésimo círculo (1999), aunque con un enfoque diferente. El millonésimo círculo era una guía sobre cómo crear y conservar círculos esenciales de mujeres con un centro sagrado, a los que llamé «Zen y el arte de mantener el círculo.» Proponía el libro nada menos que dotar de humanidad a una era postpatriarcal mediante la proliferación de círculos de mujeres, basándose en un principio que se entiende de forma intuitiva: cuando un número crítico de personas cambia su modo de pensar y de comportarse, la cultura también lo hace y comienza una nueva era. El millonésimo círculo es un número metafórico para el punto de inflexión. Me inspiré a la hora de escribir este segundo y breve libro mientras me hallaba en la ONU, durante las reuniones de la Comisión sobre la Condición de la Mujer que se celebran cada primavera y en las que millares de militantes de organizaciones no gubernamentales locales (ONG) ayudan a mujeres y chicas a presentar comités y talleres, compartir información y reunirse entre ellas. Me di cuenta de que su eficacia y número crecería exponencialmente con una conferencia mundial sobre la mujer, y que los círculos con un centro sagrado brindarían su apoyo a las mujeres que trabajan por el cambio en sus vidas y en el mundo. Fui defensora de una de las conferencias de las Naciones Unidas, no como un objetivo en sí mismo, sino como un gran paso hacia el punto de inflexión. El nuevo movimiento global de las mujeres está dirigido a las militantes de corazón que se sienten motivadas a hacer actos compasivos y tienen un sentido de hermandad o de la protección fiera de mamá oso, que es una combinación de amor y rabia. Es para mujeres de cualquier procedencia, que son militantes por haber hecho una promesa a las demás, a la divinidad o a sí mismas. Quizá obedece a una llamada, o es el resultado de haber dado un paso tras otro. Quizá es por la promesa de frenar el patrón multigeneracional de la familia o la indiferencia institucional o política hacia el maltrato o la injusticia. Quizá es la profunda convicción de que esto nos atañe. En cualquier caso, la militancia es una elección personal. Es la pasión por una causa expresada a través de actividades, de la financiación y la comunicación, así como de la plegaria, los ritos y el arte. He sido una defensora perseverante de la V Conferencia Mundial sobre la Mujer y los círculos de mujeres porque veo el potencial de un cambio transformador cuando las mujeres se reúnen por una causa común. Una conferencia mundial potenciaría un movimiento global de la mujer elevando la consciencia sobre lo que se necesita y se puede hacer una vez que la voluntad política se moviliza: implementar la Plataforma de Pekín para la Acción y la Resolución 1325 sobre las mujeres, la paz y la seguridad son dos ejemplos de ello. La visión de un mundo en el que los derechos de las mujeres y los derechos humanos son unos y los mismos tiene que salvaguardarse, y eso podría hacerlo una conferencia mundial. Espero que mis palabras lleguen a mujeres más jóvenes que quieran involucrarse en la visión del millonésimo círculo, y que cuando haya un congreso global vengan y apoyen a las demás para que asistan. Veo posible la existencia de una consejería intergeneracional e internacional en esta conferencia como una experiencia bilateral que se transmitirá a ambas y cambiará el mundo. A finales de la década de los sesenta, se formaron grupos de concienciación en Estados Unidos que consistían en charlas de mujeres sobre patriarcado e igualdad en las que las participantes contrastaban entre ellas su propia realidad y el potencial encaminado a la acción. Esas mujeres se tomaron su visión en serio, y con el apoyo de otras hermanas militantes, a las que no quisieron defraudar, emprendieron individualmente y en grupo acciones que contribuyeron a hacer historia. Estos círculos fueron la base del Movimiento de la Liberación de las Mujeres que cambió el mundo para las mujeres americanas en la década de los setenta y desembocó en cuatro conferencias mundiales, sobre la mujer, de la ONU entre 1975 y 1995. Estoy convencida de que podemos contribuir con nuestro trabajo al desarrollo de la historia. Creo que un número determinado de mujeres con poder puede influir significativamente en el curso de la humanidad en este momento concreto de la historia y llevar a cabo la visión de la destinataria del premio Nobel de la Paz Aung San Sun Kyi sobre la capacidad que tienen las mujeres para contribuir a la paz. Entre 1989 y 2010 estuvo 15 años, de esos 21, en arresto domiciliario por su oposicion al golpe de la junta militar del Gobierno democrático de Birmania. En la videoconferencia de su discurso de apertura para el Fórum sobre la Mujer de las ONG de 1995, en la IV Conferencia Mundial de la ONU de la mujer en Pekín, dijo: Durante milenios, las mujeres se han dedicado casi en exclusiva a la tarea de alimentar, proteger y cuidar a los jóvenes y a los ancianos esforzándose por lograr el estado de paz que potencia la vida como un todo […] Ahora que estamos consiguiendo controlar el papel histórico primario que nos han impuesto de cuidar de la vida en el contexto del hogar y la familia, es hora de aplicar al ámbito mundial la sabiduría y la experiencia obtenidas en las actividades de la paz durante miles y miles de años. La educación y el poder de las mujeres de todo el mundo no pueden dejar de conllevar una vida más amable, tolerante, justa y pacífica para todos. Los esfuerzos de las organizaciones locales para movilizarse a favor de la defensa de una Conferencia Mundial sobre la Mujer obtuvieron el apoyo de dos de los líderes más importantes de las Naciones Unidas. El 8 de marzo de 2012, el secretario general, Ban Ki-moon y el 66º presidente de la Asamblea General, Nassir Abdulaziz Al-Nasser, manifestaron su apoyo en una declaración conjunta. Según sus palabras: «Ha llegado la hora de una Conferencia Mundial de la Mujer, y ha cobrado mayor importancia dados los enormes cambios que atraviesa el mundo, con aspectos positivos y otras consecuencias para las mujeres». Destacaron el entusiasmo de la sociedad civil, en particular el de las organizaciones de mujeres, porque esa conferencia les daba un renovado apoyo. Parecía que existía una cierta reacción para la celebración de la V Conferencia Internacional sobre la Mujer. Los defensores de la ONU lucían en grandes chapas azules el símbolo “5WCW” [V World Conference on Women], que fue difundido asimismo en páginas web y newsletters. La solicitud de la conferencia había superado ya las 15.000 firmas cuando se estableció la propuesta conjunta de disponer de una conferencia mundial de la mujer. El secretario general y presidente de la Asamblea General preguntó a los Estados miembros y estos aprobaron el borrador de un proyecto sobre una conferencia mundial sobre la mujer en 2015, que se hubiese celebrado si se hubiera contado con la respuesta favorable de los embajadores de la Asamblea General, pero no fue ese el caso. Y ante la pregunta «¿Por qué no?», la respuesta pura y dura fue que «no era el momento adecuado» para la propuesta. Los acontecimientos posteriores dieron a entender que el apoyo para una conferencia mundial de la mujer auspiciado por la ONU sería posible si se celebraba una conferencia que no coincidiera simultáneamente con una reunión de los Estados miembros. El porqué de esa negativa fue complejo, especulativo y basado en dimes y diretes y conversaciones confidenciales. Sin embargo, dado que preguntarse por una negativa es la primera reacción, quiero dar mi punto de vista. En la Asamblea General, la mayoría de las resoluciones se aprueban por consenso. Los embajadores de los Estados miembros posicionados en contra de los derechos de reproducción y la igualdad de las mujeres formaron un lobby contrario a la propuesta. Lo lamentable fue que no se realizaron consultas antes de la declaración conjunta. Algunas de las principales ONG manifestaron su preocupación por el daño potencial que se hacía a la posición manifiesta y decidida de la ONU representada en la Plataforma de Pekín para la Acción. Cuando los Estados Unidos y la Unión Europea no les brindaron su apoyo, el de los países que inicialmente así lo habían hecho quedó soslayado. La idea de una conferencia mundial de la ONU sobre la mujer cobró gran auge. Pasó de un «Dejémoslo correr: el momento de las conferencias sobre la mujer ha transcurrido ya» a convertirse en un tema candente. La IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, conocida como la Conferencia de Pekín, se desarrolló en dos partes: la reunión oficial con representantes de los Estados miembros (en la actualidad 193 países), y el fórum de las ONG, al que asistieron todos los demás, es decir, miembros de distintas organizaciones y personas dedicadas a las mujeres y las niñas (asociaciones no gubernamentales y sociedad civil). De las 40.000 personas que asistieron, más de un 90% participó en un fórum que para muchos fue una experiencia de esas que le cambian a uno la vida y que luego, como una onda expansiva, se transmite a las organizaciones y a la obra que estas llevan a cabo en el mundo. Las historias que oí sobre la influencia que tuvo en las chicas y las mujeres que asistieron a alguna de los cuatro conferencias mundiales sobre la mujer de la ONU es lo que encuentro más inspirador a la hora de calibrar el potencial de una Conferencia Mundial sobre la Mujer del siglo xxi, que además, no solo podría convocar el doble de personas, sino que a través de los medios de comunicación, la tecnología y las conexiones entre círculos también llegaría a millones de personas. Las ideas que resultaran de esas conferencias podrían tener un efecto vital. El resultado podría ser un movimiento mundial de la mujer que se aceleraría hasta llegar a un punto de inflexión. ONU Mujeres (la Entidad de la ONU para la Igualdad entre Sexos y el Empoderamiento de las Mujeres) se estableció en la ONU en julio de 2010. No existía ninguna organización parecida cuando se celebraron las primeras cuatro conferencias. Entidades de la ONU, como UNICEF (para los niños) y WHO (para la salud), patrocinaron o copatrocinaron cumbres y conferencias internacionales sin que se reunieran los 193 Estados miembros simultáneamente. El apoyo filantrópico, tanto por parte de particulares como de fundaciones, y gubernamental es preciso no solo para que se celebre una conferencia, sino también para becar a mujeres que pertenecen a organizaciones de países en vías de desarrollo y trabajan mucho sobre el terreno sin tener los fondos suficientes para enviar a sus miembros a una conferencia internacional. Sin embargo, son esas las mujeres que inspiran y hacen muchas cosas con el apoyo que les podemos ofrecer, y cuyos informes despiertan la rabia y sensibilizan nuestros corazones para que pongamos freno a la explotación y a los maltratos de niñas y mujeres. Nuestras primeras chapas y webs usaron “5WWC” para la V Conferencia Mundial sobre la Mujer en 2003 (véanse la actual 5wcw.org y el sitio de archivos 5wwc.org). Cambiamos a “5WCW” cuando nos pareció que era la única solución posible, pero ahora que existe ONU Mujeres, podría hallarse el modo de situarlo bajo los auspicios de la organización aun sin tener la misma estructura que en Pekín. Dato relevante, puesto que hay mujeres de muchos países en vías de desarrollo que quizá no podrían asistir a menos que fuera refrendado por la ONU. Y si, como se nos ha dicho, “5WCW” nos da ya una señal de alarma porque tiene la connotación de que participan los Estados miembros, podríamos retomar las siglas “5WWC” o abandonarlas. La intención es que no se pierda lo que defiende el logo de la chapa: un movimiento local para disponer de una conferencia mundial sobre la mujer. Ha quedado absolutamente claro que las mujeres necesitan ser militantes en nombre propio. Esta fue la conclusión del mayor estudio mundial sobre la violencia contra las mujeres (American Political Science Review, Weldon, S.L. & Hun, M. Cambridge University Press, 2012). Tan solo los movimientos feministas más radicales son capaces de dar voz y organizarse en sus prioridades fundamentales como mujeres. El estudio descubrió que existían unos índices asombrosamente altos de agresiones sexuales, acoso, tráfico y violencia en las relaciones íntimas, así como violaciones de todo tipo en los cuerpos y las mentes de las mujeres. El estudio incluía todas las regiones del mundo, los diversos grados de democracia, los países ricos y pobres y un amplio abanico de religiones del mundo. Cubría el 85% de la población mundial. Sin unos movimientos feministas fuertes, los abusos contra las mujeres son marginados, subordinados a las necesidades del varón o a las prioridades de las instituciones o los partidos políticos. La actualidad indica que ha llegado el momento de los círculos en lugar de las jerarquías, de que las personas se reúnan de forma que todos sean iguales, en persona y en círculos virtuales en línea. Los círculos con un centro sagrado apoyan a sus miembros para que sean sinceros, no importa cuál sea su llamada o tarea, se den apoyo, realicen elecciones con sabiduría y recurran a una ayuda invisible por medio de las plegarias, la intención y las meditaciones. El nuevo movimiento global de las mujeres trata de círculos y de militantes de corazón. Trata de círculos seminales y de un movimiento feminista global. Trata de la igualdad espiritual y el poder sanador del feminismo sagrado.

Su questa edizione

• Editore: Karios Editorial Sa
• Data di pubblicazione: 2015
• ISBN 10: 8499883370
• ISBN 13: 9788499883373
• Rilegatura: Copertina flessibile
• Numero edizione: 1
• Numero di pagine: 118