Articoli correlati a For Whom the Bell Tolls: The Hemingway Library Edition

For Whom the Bell Tolls: The Hemingway Library Edition - Brossura

 
9781476787817: For Whom the Bell Tolls: The Hemingway Library Edition

Sinossi

Introduced by Hemingway’s grandson Seán Hemingway, this newly annotated edition and literary masterpiece about an American in the Spanish Civil War features early drafts and supplementary material—including three previously uncollected short stories on war by one the greatest writers on the subject in history.

In 1937 Ernest Hemingway traveled to Spain to cover the civil war for the North American Newspaper Alliance. Three years later he completed the greatest novel to emerge from “the good fight,” and one of the foremost classics of war literature in history.

Published in 1940, For Whom the Bell Tolls tells of loyalty and courage, love and defeat, and the tragic death of an ideal. Robert Jordan is a young American in the International Brigades attached to an antifascist guerilla unit in the mountains of Spain. In his portrayal of Jordan’s love for the beautiful Maria and his superb account of El Sordo’s last stand, Hemingway creates a work at once rare and beautiful, strong and brutal, compassionate, moving, and wise. “If the function of a writer is to reveal reality,” Maxwell Perkins wrote Hemingway after reading the manuscript, “no one ever so completely performed it.” Greater in power, broader in scope, and more intensely emotional than any of the author’s previous works, it stands as one of the best war novels of all time.

Featuring early drafts and manuscript notes, some of Hemingway’s writings during the Spanish Civil War, and three previously collected stories of his on the subject of war, as well as a personal foreword by the author’s son Patrick Hemingway, and a new introduction by the author’s grandson Seán Hemingway, this edition of For Whom the Bell Tolls brings new life to a literary master’s epic like never before.

Le informazioni nella sezione "Riassunto" possono far riferimento a edizioni diverse di questo titolo.

Informazioni sull?autore

Ernest Hemingway did more to change the style of English prose than any other writer of his time. Publication of&#160;<i>The Sun Also Rises</i>&#160;and&#160;<i>A Farewell to Arms</i>&#160;immediately established Hemingway as one of the greatest literary lights of the twentieth century. His classic novel&#160;<i>The</i> <i>Old Man and the Sea</i>&#160;won the Pulitzer Prize in 1953. Hemingway was awarded the Nobel Prize for Literature in 1954. His life and accomplishments are explored in-depth in the PBS documentary film from Ken Burns and Lynn Novick,&#160;<i>Hemingway</i>. Known for his larger-than-life personality and his passions for bullfighting, fishing, and big-game hunting, he died in Ketchum, Idaho on July 2, 1961.&#160;

Estratto. © Ristampato con autorizzazione. Tutti i diritti riservati.

Por Quien Doblan Las Campanas <link rel="stylesheet" type="text/css" href="../styles/9781982104665.css"> <link rel="stylesheet" type="text/css" href="../styles/SS_global.css"> <h2><a id="page_15"></a>1</h2> <br>Estaba tumbado en el suelo tapizado de agujas de pino del bosque, con la barbilla apoyada en los brazos cruzados, mientras el viento soplaba en lo alto entre las copas. La ladera all&#237; no ten&#237;a mucha pendiente, pero m&#225;s abajo se volv&#237;a muy empinada y se distingu&#237;a la sombra de la carretera asfaltada que serpenteaba por el puerto de monta&#241;a. Junto a ella corr&#237;a un torrente y, un poco m&#225;s lejos, vio un aserradero y la blanca cascada de la represa iluminados por la luz estival.<br> <br>&#8212;&#191;Eso de ah&#237; es el aserradero?<br> <br>&#8212;S&#237;.<br> <br>&#8212;No lo recuerdo.<br> <br>&#8212;Se construy&#243; tiempo despu&#233;s de marcharse usted. El antiguo est&#225; m&#225;s abajo, pasado el puerto.<br> <br>Extendi&#243; la fotograf&#237;a de un mapa militar sobre el suelo del bosque y la estudi&#243; con atenci&#243;n. El viejo lo observ&#243; por encima del hombro. Era un anciano bajo y robusto que llevaba una blusa negra de campesino, unos pantalones grises que casi se ten&#237;an de pie y unas alpargatas de suela de esparto. Jadeaba a causa de la subida y ten&#237;a la mano apoyada en uno de los pesados bultos con los que hab&#237;an cargado.<br> <br>&#8212;Entonces desde aqu&#237; no se ve el puente.<br> <br>&#8212;No &#8212;respondi&#243; el viejo&#8212;. Esta es la parte con menos pendiente del puerto, donde el torrente corre m&#225;s despacio. M&#225;s abajo, justo <a id="page_16"></a>donde la carretera se pierde de vista entre los &#225;rboles, se vuelve m&#225;s pronunciada y hay un barranco muy hondo&#8230;<br> <br>&#8212;Ya me acuerdo.<br> <br>&#8212;El puente atraviesa el barranco.<br> <br>&#8212;&#191;Y d&#243;nde est&#225;n los puestos de guardia?<br> <br>&#8212;Hay uno en el aserradero que ve usted ah&#237;.<br> <br>El joven estaba inspeccionando el terreno, sac&#243; unos prism&#225;ticos del bolsillo de la camisa de franela de color caqui, limpi&#243; las lentes con un pa&#241;uelo y ajust&#243; la rueda hasta que distingui&#243; las aspas del molino con claridad y vio el banco de madera que hab&#237;a junto a la puerta, la enorme pila de serr&#237;n que se alzaba detr&#225;s del cobertizo donde estaba la sierra y el canal por donde llevaban los troncos desde la monta&#241;a a la otra orilla del torrente. El torrente se distingu&#237;a claro y n&#237;tido con los prism&#225;ticos y, debajo del remolino que hac&#237;a el agua al caer, el viento arrastraba las salpicaduras de la cascada.<br> <br>&#8212;No hay centinela.<br> <br>&#8212;Sale humo del aserradero &#8212;observ&#243; el viejo&#8212;. Y hay ropa tendida de una cuerda.<br> <br>&#8212;Ya, pero no veo ning&#250;n centinela.<br> <br>&#8212;Puede que est&#233; a la sombra. A estas horas ah&#237; hace calor. Tal vez est&#233; al otro lado y no podamos verle.<br> <br>&#8212;Es posible. &#191;D&#243;nde est&#225; el otro puesto de guardia?<br> <br>&#8212;Pasado el puente. En la caseta del pe&#243;n caminero que hay a cinco kil&#243;metros de la cumbre del puerto.<br> <br>&#8212;&#191;Cu&#225;ntos hombres hay ah&#237;? &#8212;Se&#241;al&#243; al aserradero.<br> <br>&#8212;Debe de haber cuatro y un cabo.<br> <br>&#8212;&#191;Y en el otro?<br> <br>&#8212;M&#225;s. Ya lo averiguar&#233;.<br> <br>&#8212;&#191;Y en el puente?<br> <br>&#8212;Siempre hay dos. Uno a cada extremo.<br> <br>&#8212;Necesitaremos varios hombres. &#191;De cu&#225;ntos dispone?<br> <br><a id="page_17"></a>&#8212;De los que hagan falta. Hay muchos en las monta&#241;as.<br> <br>&#8212;&#191;Cu&#225;ntos?<br> <br>&#8212;M&#225;s de un centenar, pero est&#225;n desperdigados en partidas peque&#241;as. &#191;Cu&#225;ntos necesitar&#225;?<br> <br>&#8212;Se lo dir&#233; cuando haya visto el puente.<br> <br>&#8212;&#191;Quiere ir a verlo ahora?<br> <br>&#8212;No. Prefiero ir a ocultar los explosivos hasta que llegue el momento. Si es posible, quisiera esconderlos en un lugar seguro que, como mucho, est&#233; a media hora del puente.<br> <br>&#8212;Es f&#225;cil &#8212;dijo el viejo&#8212;. Desde el sitio adonde vamos, el camino hasta el puente va cuesta abajo. Pero para llegar all&#237; tendremos que seguir subiendo un poco m&#225;s. &#191;Tiene hambre?<br> <br>&#8212;S&#237; &#8212;respondi&#243; el joven&#8212;. Pero ya comeremos despu&#233;s. &#191;C&#243;mo se llama usted? Lo he olvidado. &#8212;Le pareci&#243; un mal presagio haberlo olvidado.<br> <br>&#8212;Anselmo &#8212;respondi&#243; el viejo&#8212;. Me llamo Anselmo y soy del Barco de &#193;vila. Deje que le ayude con ese bulto.<br> <br>El joven, que era alto y delgado, con mechones rubios descoloridos por el sol y el rostro curtido por el sol y el viento, llevaba una camisa de franela deste&#241;ida, unos pantalones de campesino y alpargatas de esparto, se agach&#243;, pas&#243; el brazo por una de las correas de cuero que sujetaban el fardo y se ech&#243; la pesada carga al hombro. Pas&#243; el otro brazo por la otra correa y se ajust&#243; el peso contra la espalda. La camisa segu&#237;a h&#250;meda donde antes hab&#237;a estado en contacto con el fardo.<br> <br>&#8212;Ya lo tengo &#8212;dijo&#8212;. &#191;Por d&#243;nde vamos?<br> <br>&#8212;Hacia arriba &#8212;respondi&#243; Anselmo.<br> <br>Sudorosos y encorvados bajo el peso de los fardos, treparon por el pinar que cubr&#237;a la ladera. El joven no vio que hubiese ning&#250;n camino, pero siguieron ascendiendo por la falda de la monta&#241;a, atravesaron un torrente y luego el viejo sigui&#243; recto por el lecho rocoso del arroyuelo. La pendiente ahora era mayor y m&#225;s dificultosa, hasta que por fin llegaron <a id="page_18"></a>a un sitio donde el torrente parec&#237;a caer sobre el borde de una plataforma de granito que se alzaba delante de ellos y el viejo esper&#243; al joven al pie de la cornisa.<br> <br>&#8212;&#191;C&#243;mo va?<br> <br>&#8212;Bien. &#8212;Estaba sudando copiosamente y le dol&#237;an los m&#250;sculos de las piernas por lo empinado de la pendiente.<br> <br>&#8212;Esp&#233;reme aqu&#237;. Me adelantar&#233; para avisarles. No querr&#225; usted que le disparen cargando con eso.<br> <br>&#8212;Ni en broma &#8212;respondi&#243; el joven&#8212;. &#191;Queda muy lejos?<br> <br>&#8212;Est&#225; muy cerca. &#191;C&#243;mo te llamas?<br> <br>&#8212;Roberto &#8212;respondi&#243; el joven. Hab&#237;a soltado el bulto y lo hab&#237;a dejado con cuidado entre dos piedras junto al arroyo.<br> <br>&#8212;Pues espera aqu&#237;, Roberto, que enseguida vuelvo a buscarte.<br> <br>&#8212;De acuerdo &#8212;dijo el joven&#8212;. Pero &#191;pretende usted bajar al puente por aqu&#237;?<br> <br>&#8212;No. Cuando vayamos al puente iremos por otro sitio. M&#225;s f&#225;cil y corto.<br> <br>&#8212;No quiero que el material est&#233; almacenado demasiado lejos del puente.<br> <br>&#8212;No te preocupes. Si el sitio no te gusta, ya buscaremos otro.<br> <br>&#8212;Ya veremos &#8212;respondi&#243; el joven.<br> <br>Se sent&#243; junto a los dos fardos y observ&#243; al viejo trepar por la cornisa. No parec&#237;a dif&#237;cil de escalar y por el modo en que encontraba asidero casi sin mirar, el joven comprendi&#243; que hab&#237;a trepado por ella muchas veces. No obstante, quienquiera que estuviese arriba se hab&#237;a asegurado de no dejar ning&#250;n rastro.<br> <br>El joven se llamaba Robert Jordan y estaba hambriento y un poco preocupado. Ten&#237;a hambre a menudo, pero no acostumbraba a preocuparse porque le daba igual lo que pudiera ocurrirle y sab&#237;a por experiencia lo f&#225;cil que era moverse tras las l&#237;neas enemigas en ese pa&#237;s. Era tan f&#225;cil como atravesarlas, siempre que contara uno con un buen gu&#237;a. <a id="page_19"></a>Lo dif&#237;cil era no conceder demasiada importancia a lo que pudiera ocurrirte si te atrapaban, eso y decidir en qui&#233;n confiar. Hab&#237;a que confiar totalmente en tus colaboradores o no fiarte de ellos, y hab&#237;a que tomar decisiones. Eso no le preocupaba. Pero hab&#237;a otras cosas que s&#237;.<br> <br>El tal Anselmo hab&#237;a sido un buen gu&#237;a y conoc&#237;a aquellas monta&#241;as a las mil maravillas. Robert Jordan tambi&#233;n estaba acostumbrado a andar, pero despu&#233;s de haberle acompa&#241;ado desde el amanecer sab&#237;a que el viejo habr&#237;a aguantado mucho m&#225;s que &#233;l. Robert Jordan confiaba totalmente en Anselmo, pero no en su juicio. Todav&#237;a no hab&#237;a tenido oportunidad de ponerlo a prueba y, en todo caso, quien ten&#237;a que ser juicioso era &#233;l. No, no le preocupaba Anselmo, y aquel asunto del puente no parec&#237;a tan dif&#237;cil. Sab&#237;a volar cualquier tipo de puente y los hab&#237;a volado de todas las formas y tama&#241;os. En los dos bultos hab&#237;a explosivos y equipo suficiente para volar ese, aunque fuese dos veces m&#225;s grande de lo que le hab&#237;a dicho Anselmo, de lo que &#233;l mismo recordaba de cuando pas&#243; por all&#237; camino de La Granja en un viaje a pie que hab&#237;a hecho en 1933, y de la descripci&#243;n que le hab&#237;a le&#237;do Golz dos noches antes en la habitaci&#243;n de aquella casa a las afueras de El Escorial.<br> <br>&#8212;Volar el puente carece de importancia &#8212;le hab&#237;a dicho Golz, con la cabeza afeitada y cubierta de cicatrices iluminada por la l&#225;mpara y se&#241;alando el mapa con un l&#225;piz&#8212;. &#191;Comprendes?<br> <br>&#8212;S&#237;, lo entiendo.<br> <br>&#8212;Ni la m&#225;s m&#237;nima. Volarlo sin m&#225;s equivaldr&#237;a a un fracaso.<br> <br>&#8212;S&#237;, camarada general.<br> <br>&#8212;Lo que hay que hacer es volarlo a una hora concreta seg&#250;n el momento en que vaya a producirse la ofensiva. Supongo que lo entiendes. Tiene que ser as&#237;.<br> <br>Golz mir&#243; el l&#225;piz y se dio unos golpecitos en los dientes.<br> <br>Robert Jordan no hab&#237;a dicho nada.<br> <br>&#8212;Supongo que entender&#225;s que tiene que ser as&#237; &#8212;prosigui&#243; Golz <a id="page_20"></a>mir&#225;ndolo y moviendo la cabeza. Golpe&#243; el mapa con el l&#225;piz&#8212;. Es lo que yo har&#237;a, aunque es imposible.<br> <br>&#8212;&#191;Por qu&#233;, camarada general?<br> <br>&#8212;&#191;Por qu&#233;? &#8212;repiti&#243; enfadado Golz&#8212;. &#191;Cu&#225;ntas ofensivas has presenciado? &#191;Y aun as&#237; me lo preguntas? &#191;Qu&#233; garant&#237;as hay de que se respeten mis &#243;rdenes? &#191;Y de que la ofensiva no empiece seis horas despu&#233;s de lo previsto? &#191;Has visto alguna que fuese como deber&#237;a ser?<br> <br>&#8212;Si la dirige usted, todo ir&#225; como es debido &#8212;repuso Jordan.<br> <br>&#8212;Yo nunca dirijo nada &#8212;insisti&#243; Golz&#8212;. Las planeo, pero no las dirijo. La artiller&#237;a no depende de m&#237;. Tengo que solicitarla. Nunca me han dado lo que ped&#237;a, ni aunque pudieran. Y eso es lo de menos. Hay otras cosas. Ya sabes c&#243;mo son esos tipos. Qu&#233; te voy a contar. Siempre hay alguna cosa. Alguien que se entromete. Quiero que lo tengas presente.<br> <br>&#8212;Entonces, &#191;cu&#225;ndo quiere usted volar el puente?<br> <br>&#8212;Al inicio de la ofensiva. En cuanto empiece, pero no antes. No quiero que lleguen refuerzos por esa carretera. &#8212;La se&#241;al&#243; con el l&#225;piz&#8212;. Necesito saber que por ah&#237; no llegar&#225; nada.<br> <br>&#8212;&#191;Y cu&#225;ndo se producir&#225; la ofensiva?<br> <br>&#8212;Ya te avisar&#233;. Pero debes tener en cuenta que la fecha y la hora solo ser&#225;n indicativas. Tendr&#225;s que estar preparado para entonces. Volar&#225;s el puente despu&#233;s. &#191;Entiendes? &#8212;Volvi&#243; a se&#241;alar con el l&#225;piz&#8212;. Es la &#250;nica carretera por la que pueden traer refuerzos. La &#250;nica por la que pueden traer tanques, artiller&#237;a, o un simple cami&#243;n al puerto que vamos a atacar. Necesito saber que el puente estar&#225; inutilizado. No antes, porque podr&#237;an repararlo si se retrasa la ofensiva. No. Hay que volarlo en cuanto empiece y tengo que saberlo. Solo hay dos centinelas. El hombre que te acompa&#241;ar&#225; acaba de estar all&#237;. Dicen que es de confianza. Ya lo ver&#225;s. Tiene hombres en las monta&#241;as. Utiliza todos los que necesites. Los menos posibles, pero suficientes. No hace falta que te lo diga.<br> <br>&#8212;&#191;Y c&#243;mo sabr&#233; que se ha producido la ofensiva?<br> <br><a id="page_21"></a>&#8212;Participar&#225; en ella toda una divisi&#243;n. Habr&#225; un bombardeo a&#233;reo para preparar el terreno. No te habr&#225;s quedado sordo, &#191;verdad?<br> <br>&#8212;Entonces, &#191;puedo dar por supuesto que cuando empiece el bombardeo a&#233;reo significar&#225; que se ha iniciado la ofensiva?<br> <br>&#8212;No siempre se puede estar seguro &#8212;dijo Golz moviendo la cabeza&#8212;. Pero en este caso s&#237;. Es mi ofensiva.<br> <br>&#8212;Entiendo. No puedo decir que me guste mucho la idea.<br> <br>&#8212;A m&#237; tampoco. Si no quieres aceptar la misi&#243;n, dilo ahora. Si crees que es imposible habla ahora.<br> <br>&#8212;Lo volar&#233; &#8212;hab&#237;a respondido Robert Jordan&#8212;. No se preocupe por eso.<br> <br>&#8212;Es lo que quer&#237;a o&#237;r &#8212;dijo Golz&#8212;. Tengo que estar seguro de que por ese puente no podr&#225; pasar nada. Es primordial.<br> <br>&#8212;Entiendo.<br> <br>&#8212;No me gusta pedirle a la gente que haga cosas as&#237; &#8212;prosigui&#243; Golz&#8212;. No podr&#237;a orden&#225;rtelo. Entiendo lo que puedes verte obligado a hacer, dadas las circunstancias. Si insisto es porque quiero que entiendas las posibles dificultades y la importancia que tiene.<br> <br>&#8212;&#191;Y c&#243;mo avanzar&#225; usted hacia La Granja si volamos el puente?<br> <br>&#8212;Iremos preparados para repararlo en cuanto hayamos tomado el puerto. Es una operaci&#243;n elegante y muy complicada. Tan elegante y complicada como siempre. El plan se ha gestado en Madrid. Es otra de las obras maestras de Vicente Rojo, el profesor frustrado. Pero soy yo quien tiene que llevar a cabo la ofensiva, y como siempre con fuerzas insuficientes. Y a pesar de todo es bastante factible. Estoy m&#225;s contento con ella de lo habitual. Si eliminamos ese puente, puede que tenga &#233;xito. Podr&#237;amos tomar Segovia. Mira, te lo ense&#241;ar&#233;. &#191;Lo ves? No atacaremos la cumbre del puerto, eso ya lo tenemos, sino mucho m&#225;s lejos. Mira&#8230; Aqu&#237;&#8230; As&#237;.<br> <br>&#8212;Preferir&#237;a no saberlo &#8212;dijo Robert Jordan.<br> <br>&#8212;De acuerdo &#8212;respondi&#243; Golz&#8212;. As&#237; ir&#225;s m&#225;s ligero de equipaje cuando est&#233;s al otro lado, &#191;no te parece?<br> <br><a id="page_22"></a>&#8212;Prefiero no enterarme. As&#237;, pase lo que pase, nadie podr&#225; decir que me fui de la lengua.<br> <br>&#8212;Es mejor no saber nada. &#8212;Golz se rasc&#243; la frente con el l&#225;piz&#8212;. M&#225;s de una vez he deseado no saberlo ni siquiera yo. Pero &#191;sabes ya todo lo que debes saber sobre el puente?<br> <br>&#8212;S&#237;.<br> <br>&#8212;No me cabe ninguna duda de que as&#237; es &#8212;dijo Golz&#8212;. Y no voy a soltarte un discurso. Mejor bebamos un trago. De tanto hablar se me seca la garganta, camarada Jord&#225;n. Tu nombre suena raro en espa&#241;ol.<br> <br>&#8212;&#191;C&#243;mo se dice Golz en espa&#241;ol, camarada general?<br> <br>&#8212;Jolts &#8212;respondi&#243; Golz con una sonrisa y voz gutural, como si estuviese muy acatarrado&#8212;. Jolts &#8212;carraspe&#243;&#8212;. Camarada general Jolts. De haber sabido c&#243;mo pronunciaban Golz, me habr&#237;a buscado un nombre mejor antes de venir a luchar aqu&#237;. Cuando pienso que vine a mandar una divisi&#243;n y pude escoger cualquier nombre y escog&#237; el de Jolts. General Jolts. Ahora es demasiado tarde para cambiarlo. &#191;Te gusta hacer de partisano? As&#237; llaman los rusos a las guerrillas que combaten tras las l&#237;neas enemigas.<br> <br>&#8212;Mucho &#8212;respondi&#243; Robert Jordan con una sonrisa&#8212;. Es muy saludable pasar el d&#237;a al aire libre.<br> <br>&#8212;A tu edad tambi&#233;n me gustaba. Dicen que eres todo un experto en volar puentes. De manera muy cient&#237;fica. Aunque solo son rumores. Nunca te he visto hacerlo. A lo mejor no es verdad. &#191;En serio se te da tan bien? &#8212;Se notaba que le estaba tomando el pelo&#8212;. Anda, bebe. &#8212;Le alcanz&#243; a Robert Jordan una copa de co&#241;ac&#8212;. &#191;De verdad?<br> <br>&#8212;A veces.<br> <br>&#8212;Pues con este puente no quiero nada de &#171;a veces&#187;&#8230; Pero no hablemos m&#225;s del puente. Ya sabes todo lo necesario. Somos gente seria, as&#237; que podemos hacer alguna broma. &#191;Tienes muchas novias al otro lado de las l&#237;neas?<br> <br><a id="page_23"></a>&#8212;No, no me queda tiempo para chicas.<br> <br>&#8212;No estoy de acuerdo. Cuanto m&#225;s irregular es el servicio, m&#225;s irregular es la vida. T&#250; llevas una vida muy irregular. Y adem&#225;s necesitas un corte de pelo.<br> <br>&#8212;Me cortar&#233; el pelo cuando lo crea conveniente &#8212;dijo Robert Jordan, pensando que solo faltar&#237;a que ahora tuviese que afeitarse la cabeza como Golz&#8212;. Y tengo ya demasiadas preocupaciones para andar pensando en novias &#8212;a&#241;adi&#243; hoscamente&#8212;. &#191;Qu&#233; uniforme tengo que llevar?<br> <br>&#8212;Ninguno. Y tu pelo est&#225; bien. Estaba bromeando. T&#250; y yo somos muy distintos &#8212;dijo volviendo a llenar las copas&#8212;, dices que no piensas en chicas. Yo no pienso en nada. &#191;Por qu&#233; iba a hacerlo? Soy un g&#233;n&#233;ral sovietique. Nunca pienso. No trates de enredarme para hacerme pensar.<br> <br>Uno de sus subordinados, que estaba en una silla trabajando sobre un mapa en un tablero, gru&#241;&#243; algo que Robert Jordan no comprendi&#243;.<br> <br>&#8212;T&#250; calla &#8212;hab&#237;a dicho Golz&#8212;. Bromeo cuando me da la gana. Soy tan serio que puedo permitirme bromear. Y t&#250; b&#233;bete eso y vete. Te ha quedado todo claro, &#191;no?<br> <br>&#8212;S&#237;. Clar&#237;simo.<br> <br>Le hab&#237;a estrechado la mano, le hab&#237;a saludado y hab&#237;a vuelto al coche donde le esperaba dormido el viejo, hab&#237;a conducido hasta Guadarrama sin que el viejo se despertara, y hab&#237;a subido por la carretera de Navacerrada hasta el Club Alpino, donde durmi&#243; tres horas antes de ponerse en camino.<br> <br>Era la &#250;ltima vez que hab&#237;a visto a Golz con su extra&#241;a cara p&#225;lida que nunca se bronceaba, sus ojos de halc&#243;n, su enorme nariz y sus labios finos y la cabeza afeitada y surcada de arrugas y cicatrices. Al d&#237;a siguiente por la noche llegar&#237;an a las afueras de El Escorial las largas filas de camiones cargados de soldados de infanter&#237;a; los hombres subiendo con el equipo a los camiones en la oscuridad; las secciones de ametralladoras <a id="page_24"></a>izando sus armas a los camiones; los tanques subiendo por las rampas a los transportes; una divisi&#243;n completa prepar&#225;ndose para atacar el puerto. Mejor no pensar en eso. No era asunto suyo, sino de Golz. &#201;l solo ten&#237;a que hacer una cosa y ser&#237;a en lo &#250;nico que pensar&#237;a. Con la mayor claridad, tom&#225;ndose las cosas seg&#250;n vinieran y sin preocuparse. Preocuparse era tan malo como tener miedo. Lo complicaba todo.<br> <br>Se sent&#243; junto al arroyo observando el agua limpia que corr&#237;a entre las rocas y repar&#243; en que, en la otra orilla del torrente, crec&#237;a una mata de berros. Cruz&#243; al otro lado, cogi&#243; un pu&#241;ado, lav&#243; las ra&#237;ces en el torrente, luego volvi&#243; a sentarse junto al fardo y se comi&#243; las hojas limpias, frescas y verdes y los tallos crujientes y ligeramente picantes. Se arrodill&#243; junto a la orilla y, coloc&#225;ndose la pistola autom&#225;tica a la espalda en el cintur&#243;n para que no se mojara, se apoy&#243; en dos piedras y bebi&#243; del arroyo. El agua estaba tan fr&#237;a que dol&#237;a.<br> <br>Apoy&#225;ndose en las manos volvi&#243; la cabeza y vio al viejo que volv&#237;a por la cornisa. Le acompa&#241;aba otro hombre, tambi&#233;n con la blusa negra de campesino y los pantalones de color gris oscuro que eran casi el uniforme de aquella provincia, alpargatas de esparto y una carabina a la espalda. Llevaba la cabeza descubierta. Los dos bajaron saltando entre las rocas con tanta agilidad como si fueran cabras.<br> <br>Se acercaron a donde estaba y Robert Jordan se puso en pie.<br> <br>&#8212;Salud, camarada &#8212;le dijo al de la carabina con una sonrisa.<br> <br>&#8212;Salud &#8212;respondi&#243; el otro a rega&#241;adientes.<br> <br>Robert Jordan mir&#243; su rostro tosco y sin afeitar. Era casi redondo, igual que su cabeza, y apenas ten&#237;a cuello. Ten&#237;a los ojos muy peque&#241;os y demasiado separados y sus orejas eran peque&#241;as y estaban pegadas a la cabeza. Era un hombre corpulento de casi un metro ochenta de estatura y manos y pies muy grandes. Ten&#237;a la nariz rota y un corte en la comisura del labio, la l&#237;nea de la cicatriz asomaba por debajo de la barba que le cubr&#237;a el rostro.<br> <br>El viejo le se&#241;al&#243; con la cabeza y sonri&#243;.<br> <br><a id="page_25"></a>&#8212;&#201;l es el jefe &#8212;dijo, luego flexion&#243; el brazo para sacar m&#250;sculo y mir&#243; al hombre de la carabina con admiraci&#243;n en parte fingida&#8212;. Un hombre muy fuerte.<br> <br>&#8212;Ya lo veo &#8212;dijo Robert Jordan, y volvi&#243; a sonre&#237;r. No le gustaba la pinta de aquel hombre y en su interior no estaba sonriendo lo m&#225;s m&#237;nimo.<br> <br>&#8212;&#191;Tiene algo que demuestre su identidad? &#8212;pregunt&#243; el de la carabina.<br> <br>Robert Jordan abri&#243; el imperdible que sujetaba la solapa del bolsillo, sac&#243; un papel doblado del bolsillo izquierdo de la camisa de franela y se lo dio al hombre, que lo despleg&#243;, lo observ&#243; desconfiado y le dio vueltas entre las manos.<br> <br>Robert Jordan comprendi&#243; que no sab&#237;a leer.<br> <br>&#8212;Mire el sello &#8212;dijo.<br> <br>El viejo le indic&#243; el sello y el hombre de la carabina lo estudi&#243;, toquete&#225;ndolo con los dedos.<br> <br>&#8212;&#191;Qu&#233; sello es este?<br> <br>&#8212;&#191;No lo hab&#237;a visto nunca?<br> <br>&#8212;No.<br> <br>&#8212;Hay dos &#8212;dijo Robert Jordan&#8212;. Uno es del SIM, el servicio de inteligencia militar. El otro es del Estado Mayor.<br> <br>&#8212;S&#237;, ya lo hab&#237;a visto. Pero aqu&#237; solo mando yo &#8212;respondi&#243; hosco el otro&#8212;. &#191;Qu&#233; lleva en esos fardos?<br> <br>&#8212;Dinamita &#8212;respondi&#243; orgulloso el viejo&#8212;. Anoche cruzamos las l&#237;neas en la oscuridad y hemos tra&#237;do esta dinamita por las monta&#241;as.<br> <br>&#8212;Me vendr&#225; bien esa dinamita &#8212;dijo el de la carabina devolvi&#233;ndole el papel a Robert Jordan y mir&#225;ndolo de arriba abajo&#8212;. S&#237;, muy bien. &#191;Cu&#225;nta me ha tra&#237;do?<br> <br>&#8212;No se la he tra&#237;do a usted &#8212;replic&#243; Robert Jordan sin inmutarse&#8212;. Es para otra cosa. &#191;C&#243;mo se llama?<br> <br>&#8212;&#191;Y eso a usted qu&#233; le importa?<br> <br><a id="page_26"></a>&#8212;Es Pablo &#8212;dijo el viejo.<br> <br>El de la carabina les mir&#243; a los dos con gesto torvo.<br> <br>&#8212;Estupendo. He o&#237;do hablar muy bien de usted &#8212;dijo Robert Jordan.<br> <br>&#8212;&#191;Qu&#233; es lo que ha o&#237;do? &#8212;pregunt&#243; Pablo.<br> <br>&#8212;Que es un buen guerrillero, que es leal a la Rep&#250;blica, que demuestra su lealtad con sus actos, y que es tan serio como valiente. Le traigo saludos del Estado Mayor.<br> <br>&#8212;&#191;D&#243;nde ha o&#237;do todo eso? &#8212;pregunt&#243; Pablo.<br> <br>Robert Jordan repar&#243; en que los halagos no le hab&#237;an hecho mella.<br> <br>&#8212;Desde Buitrago a El Escorial &#8212;dijo refiri&#233;ndose a toda la regi&#243;n que hab&#237;a al otro lado de las l&#237;neas.<br> <br>&#8212;No conozco a nadie en Buitrago ni en El Escorial &#8212;respondi&#243; Pablo.<br> <br>&#8212;Hay mucha gente en las monta&#241;as que antes no estaba all&#237;. &#191;De d&#243;nde es usted?<br> <br>&#8212;De &#193;vila. &#191;Qu&#233; piensa hacer con esa dinamita?<br> <br>&#8212;Volar un puente.<br> <br>&#8212;&#191;Qu&#233; puente?<br> <br>&#8212;Eso es asunto m&#237;o.<br> <br>&#8212;Si es en esta regi&#243;n, es asunto m&#237;o. No se pueden volar puentes cerca de donde uno vive. Hay que vivir en un sitio y actuar en otro. S&#233; lo que hago. Cualquiera que haya sobrevivido aqu&#237; un a&#241;o como he hecho yo, lo sabe.<br> <br>&#8212;Pues yo le digo que este es asunto m&#237;o &#8212;insisti&#243; Robert Jordan&#8212;. Aunque podemos discutirlo despu&#233;s. &#191;Nos echa una mano con los bultos?<br> <br>&#8212;No &#8212;respondi&#243; Pablo moviendo la cabeza.<br> <br>El viejo se volvi&#243; de pronto y le habl&#243; enfadado y muy deprisa en un dialecto que Robert Jordan entendi&#243; a duras penas. Era como leer a Quevedo. Anselmo hablaba castellano antiguo y le dec&#237;a algo as&#237;:<br> <br><a id="page_27"></a>&#8212;&#191;Qu&#233; eres? &#191;Un burro? &#191;Un animal? Desde luego que s&#237;. &#191;Es que no tienes seso? Est&#225; visto que no. Venimos a hacer algo de crucial importancia y t&#250; antepones los intereses de tu madriguera a los de la humanidad. A los de tu pueblo. Yo esto, yo lo otro y yo lo de m&#225;s all&#225;. &#161;Coge ese bulto!<br> <br>Pablo baj&#243; la mirada.<br> <br>&#8212;Cada cual tiene que hacer lo que puede seg&#250;n sus posibilidades &#8212;dijo&#8212;. Vivo aqu&#237; y act&#250;o m&#225;s all&#225; de Segovia. Si arma jaleo aqu&#237;, nos echar&#225;n de estas monta&#241;as. Solo podremos seguir aqu&#237; si estamos quietos. Igual que hacen los zorros.<br> <br>&#8212;S&#237; &#8212;respondi&#243; amargamente Anselmo&#8212;. As&#237; hacen los zorros, pero lo que nos hace falta son lobos.<br> <br>&#8212;Soy m&#225;s lobo que t&#250; &#8212;dijo Pablo, y Robert Jordan comprendi&#243; que acabar&#237;a cogiendo el bulto.<br> <br>&#8212;&#161;Ja, ja! &#8212;Anselmo le mir&#243;&#8212;. Eres m&#225;s lobo que yo porque tengo sesenta y ocho a&#241;os.<br> <br>Escupi&#243; en el suelo y movi&#243; la cabeza.<br> <br>&#8212;&#191;Tantos a&#241;os tiene usted? &#8212;pregunt&#243; Robert Jordan viendo que, de momento, las cosas volv&#237;an a ir bien y tratando de facilitarlas.<br> <br>&#8212;Los cumplir&#233; en el mes de julio.<br> <br>&#8212;Si es que llegamos a julio &#8212;respondi&#243; Pablo&#8212;. Deje que le ayude con el bulto &#8212;le dijo a Robert Jordan&#8212;. Dele el otro al viejo. &#8212;Hablaba sin hosquedad, pero con cierta melancol&#237;a&#8212;. Es un viejo muy fuerte.<br> <br>&#8212;Yo lo llevar&#233; &#8212;dijo Robert Jordan.<br> <br>&#8212;No &#8212;insisti&#243; el viejo&#8212;. Deja que lo lleve este fortach&#243;n.<br> <br>&#8212;Ya lo llevo yo &#8212;dijo Pablo.<br> <br>A Robert Jordan le turb&#243; aquella melancol&#237;a. Le resultaba familiar y notarla le preocup&#243;.<br> <br>&#8212;Pues deme la carabina &#8212;dijo, y cuando Pablo se la entreg&#243;, se la ech&#243; a la espalda y empezaron a subir por la cornisa de granito con los <a id="page_28"></a>otros dos abriendo la marcha hasta llegar arriba, donde hab&#237;a un claro en el bosque.<br> <br>Bordearon el peque&#241;o prado y Robert Jordan, que andaba mucho m&#225;s ligero con la carabina al hombro en lugar de aquel pesado bulto, repar&#243; en que la hierba estaba cortada en varios sitios y en que hab&#237;an clavado algunas estacas en el suelo. Vio un sendero en la hierba por donde hab&#237;an llevado a unos caballos a abrevar al torrente y esti&#233;rcol fresco. Deb&#237;an de atarlos all&#237; por la noche para que pastasen y ocultarlos en el bosque durante el d&#237;a. &#191;Cu&#225;ntos caballos tendr&#237;a el tal Pablo?<br> <br>Record&#243; haber reparado sin darse cuenta en que los pantalones de Pablo estaban gastados y lustrosos en las rodillas y los muslos. Vete a saber si tendr&#237;a botas de montar o si montar&#237;a con aquellas alpargatas. Deb&#237;a de tener un buen equipo. Aun as&#237; no le gustaba aquel des&#225;nimo. Siempre les embargaba cuando estaban pensando en desertar o traicionar. Era la melancol&#237;a que precede a la claudicaci&#243;n.<br> <br>Por delante de ellos un caballo relinch&#243; entre los &#225;rboles y a la escasa luz que se colaba entre las copas que casi se rozaban en lo alto vio, entre los troncos marrones de los pinos, un cercado hecho con una cuerda tendida entre los &#225;rboles. Los caballos alzaron la cabeza al o&#237;r acercarse a los hombres; al pie de un &#225;rbol, fuera del cercado, estaban amontonadas las sillas de montar tapadas con una lona encerada.<br> <br>Los dos hombres que cargaban con los fardos se detuvieron, y Robert Jordan supo que lo hac&#237;an para que admirase los caballos.<br> <br>&#8212;S&#237; &#8212;dijo&#8212;. Son preciosos. &#8212;Se volvi&#243; hacia Pablo&#8212;. Hasta caballer&#237;a tiene usted.<br> <br>Hab&#237;a cinco caballos en el cercado de cuerda, tres bayos, un alaz&#225;n y uno roano. Despu&#233;s de observarlos a todos, Robert Jordan los examin&#243; uno por uno. Pablo y Anselmo sab&#237;an que eran unos caballos muy buenos y, mientras Pablo los contemplaba orgulloso y un poco menos <a id="page_29"></a>triste, casi con amor, el viejo actuaba como si fuesen una enorme sorpresa que acabara de sacarse de la manga.<br> <br>&#8212;&#191;Qu&#233; le parecen? &#8212;pregunt&#243;.<br> <br>&#8212;Todos los he capturado yo &#8212;dijo Pablo, y Robert Jordan se alegr&#243; de o&#237;rle hablar con orgullo.<br> <br>&#8212;Ese de ah&#237; &#8212;dijo Robert Jordan, se&#241;alando a uno de los bayos, un gran semental con una mancha en la frente y otra en una de las patas delanteras&#8212; es mucho caballo.<br> <br>Era un caballo precioso que parec&#237;a sacado de un cuadro de Vel&#225;zquez.<br> <br>&#8212;Todos son buenos &#8212;dijo Pablo&#8212;. &#191;Entiende de caballos?<br> <br>&#8212;S&#237;.<br> <br>&#8212;Mejor as&#237; &#8212;dijo Pablo&#8212;. &#191;Ve alg&#250;n defecto en alguno?<br> <br>Robert Jordan supo que el hombre que no sab&#237;a leer estaba examinando ahora sus papeles.<br> <br>Los caballos segu&#237;an con la cabeza alta. Robert Jordan pas&#243; por debajo de la doble cuerda del cercado y le dio una palmada en el anca al roano. Se recost&#243; contra las cuerdas y vio c&#243;mo daban vueltas al cercado, se qued&#243; mir&#225;ndolos un minuto m&#225;s hasta que se detuvieron y luego se agach&#243; y volvi&#243; a pasar por debajo de las cuerdas.<br> <br>&#8212;El alaz&#225;n cojea de la pata trasera &#8212;le dijo a Pablo sin mirarlo&#8212;. El casco est&#225; partido, si se le hierra como es debido no ir&#225; a peor, pero si se le hace andar mucho por un terreno duro podr&#237;a caerse.<br> <br>&#8212;Ya lo ten&#237;a as&#237; cuando lo capturamos &#8212;dijo Pablo.<br> <br>&#8212;El mejor de sus caballos, el semental bayo de la mancha en la frente, tiene una inflamaci&#243;n en lo alto de la ca&#241;a que no me gusta.<br> <br>&#8212;No es nada &#8212;respondi&#243; Pablo&#8212;. Se dio un golpe hace tres d&#237;as. Si fuese grave, ya se notar&#237;a.<br> <br>Tir&#243; de la lona y le mostr&#243; las sillas. Hab&#237;a dos normales de vaquero, al estilo norteamericano, una muy ornamentada de cuero trabajado a mano y estribos muy pesados, y dos sillas militares de cuero negro.<br> <br><a id="page_30"></a>&#8212;Matamos a un par de guardias civiles &#8212;dijo para explicar lo de las sillas militares.<br> <br>&#8212;Eso es caza mayor.<br> <br>&#8212;Hab&#237;an desmontado en la carretera entre Segovia y Santa Mar&#237;a del Real para pedirle los papeles a un carretero. Pudimos matarlos sin herir a los caballos.<br> <br>&#8212;&#191;Ha matado usted a muchos guardias civiles?<br> <br>&#8212;A muchos. Pero sin herir a los caballos, solo a esos dos.<br> <br>&#8212;Pablo fue quien vol&#243; el tren de Ar&#233;valo &#8212;explic&#243; Anselmo&#8212;. Pablo en persona.<br> <br>&#8212;Hab&#237;a con nosotros un extranjero que fue quien se encarg&#243; de la voladura &#8212;dijo el otro&#8212;. &#191;Lo conoce?<br> <br>&#8212;&#191;C&#243;mo se llama?<br> <br>&#8212;No lo recuerdo. Era un nombre muy raro.<br> <br>&#8212;&#191;C&#243;mo era?<br> <br>&#8212;Rubio, como usted, pero no tan alto y con manos muy grandes y la nariz rota.<br> <br>&#8212;Kashkin &#8212;dijo Robert Jordan&#8212;. Deb&#237;a de ser Kashkin.<br> <br>&#8212;S&#237; &#8212;repiti&#243; Pablo&#8212;. Era un nombre muy raro. Algo parecido. &#191;Qu&#233; ha sido de &#233;l?<br> <br>&#8212;Muri&#243; en abril.<br> <br>&#8212;Es lo que le pasa a todo el mundo &#8212;sentenci&#243; el otro en tono sombr&#237;o&#8212;. As&#237; acabaremos todos.<br> <br>&#8212;As&#237; acaban todos los hombres &#8212;dijo Anselmo&#8212;. Y as&#237; ha sido siempre. &#191;Se puede saber qu&#233; te pasa? &#191;Qu&#233; te ronda por la cabeza?<br> <br>&#8212;Son muy fuertes &#8212;respondi&#243; Pablo, como si hablara para sus adentros mientras contemplaba los caballos&#8212;. No te das cuenta de lo fuertes que son. Cada d&#237;a los veo m&#225;s fuertes, mejor armados y con m&#225;s material. Y nosotros aqu&#237; con estos caballos. &#191;Qu&#233; podemos esperar? Que nos cacen y nos maten. Nada m&#225;s.<br> <br>&#8212;T&#250; cazas tanto como ellos &#8212;dijo Anselmo.<br> <br><a id="page_31"></a>&#8212;No &#8212;replic&#243; Pablo&#8212;. Ya no. Y, si nos vamos de estas monta&#241;as, &#191;ad&#243;nde iremos? Responde. &#191;Ad&#243;nde?<br> <br>&#8212;En Espa&#241;a hay monta&#241;as de sobra. Si nos vamos de aqu&#237;, podemos ir a la sierra de Gredos.<br> <br>&#8212;Yo no. Estoy harto de que me persigan. Aqu&#237; estamos bien. Si vuela usted un puente en esta regi&#243;n, nos perseguir&#225;n. Si averiguan que estamos aqu&#237; y nos buscan con aviones acabar&#225;n por encontrarnos. Y, si env&#237;an a los moros, tambi&#233;n. Y tendremos que irnos. Estoy harto de todo esto. &#191;Me oyes? &#8212;Se volvi&#243; hacia Robert Jordan&#8212;. &#191;Qu&#233; derecho tiene usted, un forastero, a decirme lo que debo hacer?<br> <br>&#8212;No le he dicho lo que debe hacer.<br> <br>&#8212;Pero lo har&#225; &#8212;respondi&#243; Pablo&#8212;. Eso es lo malo. &#8212;Se&#241;al&#243; los dos pesados fardos que hab&#237;an dejado en el suelo mientras observaban a los caballos. Era como si contemplar a los caballos hubiese tra&#237;do todo eso a la mente y al ver que Robert Jordan entend&#237;a de caballos se le hubiera soltado la lengua. Los tres se quedaron junto al cercado de cuerda y un rayo de sol ilumin&#243; el pelo del semental bayo. Pabl&#243; lo mir&#243; y luego dio un golpe con el pie al pesado fardo y repiti&#243;&#8212;: Eso es lo malo.<br> <br>&#8212;Solo he venido a cumplir con mi deber &#8212;le respondi&#243; Robert Jordan&#8212;. Obedezco &#243;rdenes de quienes dirigen la guerra. Si le pido su ayuda, puede negarse y encontrar&#233; a otros que quieran hacerlo. Ni siquiera le he pedido nada todav&#237;a. Tengo que hacer lo que me han ordenado y le aseguro que es muy importante. No tengo la culpa de ser forastero. Qu&#233; m&#225;s quisiera yo que haber nacido aqu&#237;.<br> <br>&#8212;Para m&#237; lo m&#225;s importante es que no se nos moleste &#8212;insisti&#243; Pablo&#8212;. Mi &#250;nico deber es conmigo y con los que me acompa&#241;an.<br> <br>&#8212;Contigo, s&#237;&#8230; &#8212;le interrumpi&#243; el otro&#8212;. Hace mucho que eso es lo &#250;nico que te importa. T&#250; y tus caballos. Cuando no ten&#237;as caballos eras uno de los nuestros, pero ahora eres un capitalista m&#225;s.<br> <br>&#8212;Eso es injusto &#8212;replic&#243; el otro&#8212;. Arriesgo constantemente los caballos por la causa.<br> <br><a id="page_32"></a>&#8212;Muy poco &#8212;respondi&#243; desde&#241;oso Anselmo&#8212;. A mi juicio muy poco. Robar, s&#237;. Comer bien, s&#237;. Asesinar, tambi&#233;n. Pero combatir, nada de nada.<br> <br>&#8212;Para ser tan viejo tienes la lengua muy larga.<br> <br>&#8212;Soy viejo y no tengo miedo de nadie &#8212;respondi&#243; Anselmo&#8212;. Y no tengo caballos.<br> <br>&#8212;A este paso vivir&#225;s poco tiempo.<br> <br>&#8212;Vivir&#233; hasta que muera. Y no me dan miedo los zorros.<br> <br>Pablo no respondi&#243;, pero cogi&#243; el fardo.<br> <br>&#8212;Ni los lobos &#8212;prosigui&#243; Anselmo cogiendo el otro bulto&#8212;. Suponiendo que lo seas.<br> <br>&#8212;Calla de una vez &#8212;dijo Pablo&#8212;. Hablas demasiado.<br> <br>&#8212;Y pienso cumplir mi palabra &#8212;insisti&#243; Anselmo encorvado bajo el peso del bulto&#8212;. Tengo hambre. Y sed. Vamos, guerrillero de cara triste. Ll&#233;vanos a comer algo.<br> <br>Robert Jordan se dijo que no hab&#237;an empezado con buen pie. Aunque Anselmo era todo un hombre. Cuando eran buenos eran extraordinarios. No ten&#237;an igual. Pero cuando eran malos no los hab&#237;a peores. Anselmo deb&#237;a saber lo que hac&#237;a al llevarlo all&#237;. Pero no le gustaba. No le gustaba lo m&#225;s m&#237;nimo.<br> <br>El &#250;nico buen indicio era que Pablo hubiera cargado con el bulto y le hubiese entregado la carabina. Tal vez fuera siempre as&#237;. A lo mejor era uno de esos tipos un poco hoscos.<br> <br>No, se dijo, no te enga&#241;es. No sabes c&#243;mo era antes, pero s&#237; que se est&#225; echando a perder y que no lo oculta. Cuando empiece a disimular ser&#225; que ha tomado una decisi&#243;n. Tenlo presente. En cuanto tenga el primer gesto amistoso, ser&#225; que ha tomado una decisi&#243;n. Aunque son unos caballos magn&#237;ficos&#8230;, preciosos. Qui&#233;n sabe si no habr&#225; alguna cosa por la que yo pudiera sentir lo mismo que Pablo por esos caballos. El viejo ten&#237;a raz&#243;n. Los caballos hacen que se sienta rico, y en cuanto uno se cree rico quiere darse la gran vida. Supongo que no tardar&#225; mucho <a id="page_33"></a>en sentirse desdichado por no ser miembro del Jockey Club. Pauvre Pablo. Il a manqu&#233; son Jockey.<br> <br>La idea hizo que se sintiera mejor. Sonri&#243; al ver las dos figuras encorvadas bajo el peso de los bultos que trepaban entre los &#225;rboles. Ese d&#237;a todav&#237;a no hab&#237;a bromeado consigo mismo y ahora que lo hab&#237;a hecho se sinti&#243; mucho mejor. A este paso acabar&#237;a pareci&#233;ndose a ellos. Se volver&#237;a igual de hosco. Ya lo hab&#237;a sido con Golz. La misi&#243;n le hab&#237;a abrumado un poco. Un poco. Much&#237;simo. Golz era un tipo animoso y hab&#237;a tratado de animarlo antes de despedirse. Pero no lo hab&#237;a conseguido.<br> <br>Los mejores, si uno se paraba a pensarlo, siempre eran as&#237; de animosos. Era un buen indicio. Como ser inmortal cuando todav&#237;a estabas vivo. Qu&#233; idea tan complicada. Lo malo estaba en que ya no quedaban muchos. No, ya no quedaban muchos. Muy pocos. Y, si segu&#237;a pensando as&#237;, tampoco quedar&#237;a &#233;l. Mejor no pensar tanto, camarada. Lo suyo era volar puentes. No pensar. Estaba muerto de hambre. Ojal&#225; Pablo les diera bien de comer.

Le informazioni nella sezione "Su questo libro" possono far riferimento a edizioni diverse di questo titolo.

Compra usato

Condizioni: discreto
Missing dust jacket; Readable copy...
Visualizza questo articolo

EUR 7,07 per la spedizione da U.S.A. a Italia

Destinazione, tempi e costi

EUR 3,45 per la spedizione da U.S.A. a Italia

Destinazione, tempi e costi

Altre edizioni note dello stesso titolo

9781476787770: For Whom the Bell Tolls: The Hemingway Library Edition

Edizione in evidenza

ISBN 10:  1476787778 ISBN 13:  9781476787770
Casa editrice: Scribner, 2019
Rilegato

Risultati della ricerca per For Whom the Bell Tolls: The Hemingway Library Edition

Foto dell'editore

Hemingway, Ernest
Editore: Scribner Book Company, 2020
ISBN 10: 1476787816 ISBN 13: 9781476787817
Antico o usato Paperback

Da: ThriftBooks-Dallas, Dallas, TX, U.S.A.

Valutazione del venditore 5 su 5 stelle 5 stelle, Maggiori informazioni sulle valutazioni dei venditori

Paperback. Condizione: Fair. No Jacket. Missing dust jacket; Readable copy. Pages may have considerable notes/highlighting. ~ ThriftBooks: Read More, Spend Less 1.09. Codice articolo G1476787816I5N01

Contatta il venditore

Compra usato

EUR 7,73
Convertire valuta
Spese di spedizione: EUR 7,07
Da: U.S.A. a: Italia
Destinazione, tempi e costi

Quantità: 1 disponibili

Aggiungi al carrello

Foto dell'editore

Hemingway, Ernest
Editore: Scribner Book Company, 2020
ISBN 10: 1476787816 ISBN 13: 9781476787817
Antico o usato Paperback

Da: ThriftBooks-Atlanta, AUSTELL, GA, U.S.A.

Valutazione del venditore 5 su 5 stelle 5 stelle, Maggiori informazioni sulle valutazioni dei venditori

Paperback. Condizione: Fair. No Jacket. Readable copy. Pages may have considerable notes/highlighting. ~ ThriftBooks: Read More, Spend Less 1.09. Codice articolo G1476787816I5N00

Contatta il venditore

Compra usato

EUR 7,73
Convertire valuta
Spese di spedizione: EUR 7,07
Da: U.S.A. a: Italia
Destinazione, tempi e costi

Quantità: 1 disponibili

Aggiungi al carrello

Foto dell'editore

Hemingway, Ernest
Editore: Scribner Book Company, 2020
ISBN 10: 1476787816 ISBN 13: 9781476787817
Antico o usato Paperback

Da: ThriftBooks-Dallas, Dallas, TX, U.S.A.

Valutazione del venditore 5 su 5 stelle 5 stelle, Maggiori informazioni sulle valutazioni dei venditori

Paperback. Condizione: Fair. No Jacket. Readable copy. Pages may have considerable notes/highlighting. ~ ThriftBooks: Read More, Spend Less 1.09. Codice articolo G1476787816I5N00

Contatta il venditore

Compra usato

EUR 7,73
Convertire valuta
Spese di spedizione: EUR 7,07
Da: U.S.A. a: Italia
Destinazione, tempi e costi

Quantità: 1 disponibili

Aggiungi al carrello

Immagini fornite dal venditore

Ernest Hemingway
Editore: Scribner Book Company, 2020
ISBN 10: 1476787816 ISBN 13: 9781476787817
Nuovo Paperback

Da: Rarewaves USA, OSWEGO, IL, U.S.A.

Valutazione del venditore 5 su 5 stelle 5 stelle, Maggiori informazioni sulle valutazioni dei venditori

Paperback. Condizione: New. Codice articolo LU-9781476787817

Contatta il venditore

Compra nuovo

EUR 18,94
Convertire valuta
Spese di spedizione: EUR 3,45
Da: U.S.A. a: Italia
Destinazione, tempi e costi

Quantità: 10 disponibili

Aggiungi al carrello

Immagini fornite dal venditore

Ernest Hemingway
Editore: Scribner Book Company, 2020
ISBN 10: 1476787816 ISBN 13: 9781476787817
Nuovo Paperback

Da: Rarewaves USA United, OSWEGO, IL, U.S.A.

Valutazione del venditore 5 su 5 stelle 5 stelle, Maggiori informazioni sulle valutazioni dei venditori

Paperback. Condizione: New. Codice articolo LU-9781476787817

Contatta il venditore

Compra nuovo

EUR 20,59
Convertire valuta
Spese di spedizione: EUR 3,45
Da: U.S.A. a: Italia
Destinazione, tempi e costi

Quantità: 10 disponibili

Aggiungi al carrello

Foto dell'editore

Ernest Hemingway
Editore: Scribner Book Company, 2020
ISBN 10: 1476787816 ISBN 13: 9781476787817
Nuovo Brossura

Da: Kennys Bookshop and Art Galleries Ltd., Galway, GY, Irlanda

Valutazione del venditore 5 su 5 stelle 5 stelle, Maggiori informazioni sulle valutazioni dei venditori

Condizione: New. Codice articolo V9781476787817

Contatta il venditore

Compra nuovo

EUR 22,96
Convertire valuta
Spese di spedizione: EUR 2,00
Da: Irlanda a: Italia
Destinazione, tempi e costi

Quantità: 1 disponibili

Aggiungi al carrello

Foto dell'editore

Hemingway, Ernest
Editore: Scribner, 2020
ISBN 10: 1476787816 ISBN 13: 9781476787817
Nuovo Brossura

Da: California Books, Miami, FL, U.S.A.

Valutazione del venditore 5 su 5 stelle 5 stelle, Maggiori informazioni sulle valutazioni dei venditori

Condizione: New. Codice articolo I-9781476787817

Contatta il venditore

Compra nuovo

EUR 17,78
Convertire valuta
Spese di spedizione: EUR 7,77
Da: U.S.A. a: Italia
Destinazione, tempi e costi

Quantità: Più di 20 disponibili

Aggiungi al carrello

Immagini fornite dal venditore

Ernest Hemingway
Editore: Scribner Book Company, 2020
ISBN 10: 1476787816 ISBN 13: 9781476787817
Nuovo Paperback

Da: Rarewaves.com UK, London, Regno Unito

Valutazione del venditore 5 su 5 stelle 5 stelle, Maggiori informazioni sulle valutazioni dei venditori

Paperback. Condizione: New. Codice articolo LU-9781476787817

Contatta il venditore

Compra nuovo

EUR 24,00
Convertire valuta
Spese di spedizione: EUR 2,30
Da: Regno Unito a: Italia
Destinazione, tempi e costi

Quantità: 4 disponibili

Aggiungi al carrello

Immagini fornite dal venditore

Hemingway, Ernest
ISBN 10: 1476787816 ISBN 13: 9781476787817
Nuovo Paperback or Softback

Da: BargainBookStores, Grand Rapids, MI, U.S.A.

Valutazione del venditore 5 su 5 stelle 5 stelle, Maggiori informazioni sulle valutazioni dei venditori

Paperback or Softback. Condizione: New. For Whom the Bell Tolls: The Hemingway Library Edition 1. Book. Codice articolo BBS-9781476787817

Contatta il venditore

Compra nuovo

EUR 15,73
Convertire valuta
Spese di spedizione: EUR 11,65
Da: U.S.A. a: Italia
Destinazione, tempi e costi

Quantità: 5 disponibili

Aggiungi al carrello

Foto dell'editore

Ernest Hemingway
Editore: Scribner, 2020
ISBN 10: 1476787816 ISBN 13: 9781476787817
Nuovo PAP

Da: PBShop.store UK, Fairford, GLOS, Regno Unito

Valutazione del venditore 5 su 5 stelle 5 stelle, Maggiori informazioni sulle valutazioni dei venditori

PAP. Condizione: New. New Book. Shipped from UK. Established seller since 2000. Codice articolo IB-9781476787817

Contatta il venditore

Compra nuovo

EUR 22,05
Convertire valuta
Spese di spedizione: EUR 6,04
Da: Regno Unito a: Italia
Destinazione, tempi e costi

Quantità: 15 disponibili

Aggiungi al carrello

Vedi altre 27 copie di questo libro

Vedi tutti i risultati per questo libro